Tenemos dos grandes capas poblacionales todavía, y ya bien entrado el siglo XXI, en grave riesgo de exclusión social provocada por la digitalización: nuestros mayores, y gran parte del colectivo de personas con discapacidad. Millones de ciudadanos.
Los colectivos especialmente vulnerables, personas mayores y personas con discapacidad, constituyen un foco preocupante respecto a la ciberseguridad.
El servicio junto con la tecnología necesita diseñarse de forma accesible y social, sin excusas.